jueves, 30 de mayo de 2013

Dulces hombros

Tus destellos a lo lejos, escondidos detrás de nubes que anuncian tormenta. Tus letras sonando, girando como si se fuesen a ir. Ya no hay nadie en la calle, mientas los pájaros disfrutan de la calma que viene antes de la tormenta.

No consigo engañarme, ahora para qué, te estoy echando de menos a rabiar cada vez que pulso estas teclas. No estás, aunque me cueste aceptarlo, ni siquiera para una llamada de esas, a deshora. Todavía recuerdo el nombre de tu calle, no logra el alcohol olvidarla y menos el humo distorsionarla. Es el único sitio donde quizás te sienta un poco más cerca.

Temblaban mis nervios cuando estábamos juntos. Tú alguna vez te quisiste dar cuenta. El solo tocarte me agitaba, eras taquicardia directa al pecho. Esta tarde, todo lo lejos que estás es todo lo imbécil que me siento, escribiendo moñerías varias.

3 comentarios:

  1. Precioso. Me gusta mucho como escribes, sigue así que llegarás lejos.

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    1. Seguir, seguiré, siempre que mis dedos tengan algo que escribir.
      Muchas gracias ^^

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