Consigue lo que parece imposible, erosiona incluso las montañas, cambiando así, con mucha paciencia, todo lo que ven nuestros ojos. Moldea nuestra vida, nos arrastra, despeina y da en la cara. Puede soplar con fuerza, hasta convertirse en violento, o ser una ligera brisa que nos acompañe en la playa.
Se llena de los aromas de la gente, del olor a pólvora y se une al humo de mi cigarro. Somos viento, poesía, pueblo.
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