miércoles, 10 de abril de 2013

Ligero

Deberíamos envidiar al aire mucho más de lo que lo hacemos, porque es libre, tanto que nadie ha conseguido jamas atarlo, ni atraparlo en un bote eternamente. No hay cárcel que lo retenga, al final siempre escapa, deseoso de viajar, de conocer al mundo sin tener un rumbo fijo.

Consigue lo que parece imposible, erosiona incluso las montañas, cambiando así, con mucha paciencia, todo lo que ven nuestros ojos. Moldea nuestra vida, nos arrastra, despeina y da en la cara. Puede soplar con fuerza, hasta convertirse en violento, o ser una ligera brisa que nos acompañe en la playa.

Se llena de los aromas de la gente, del olor a pólvora y se une al humo de mi cigarro. Somos viento, poesía, pueblo.

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