domingo, 6 de enero de 2013

Adicciones peligrosas

Hace tiempo que me siento encerrado en una canción de esas ideadas para niñatas adolescente, donde suena una y otra vez eso de "son sueños"

Que obsesión más ridícula es pensar que todavía existes cuando yo fui quien te perdí esa tarde de mayo, mientras los últimos rayos de sol de un día un  poco triste se colaban de par en par por mi ventana. Susurraba el viento a gritos tu nombre y yo solo quería escribir para no dejar oportunidad de olvidarte.

Tú te rompías y solo quedaba el silencio gritándome eso de que te necesitaba, arañando con fuerza y descaro mi cara salpicada de ojos llorosos llenos de tu nombre. Me dejó marcado tu forma de tocarte el pelo y  ese último pliegue que en tu sonrisa a veces se dibujaba cuando estabas conmigo, entre idas y venidas de sábanas.

Pasan los lunas y aquí sigo, esperándote, esperándote como un tonto. Pensando que al girar la esquina estarás, como ya estuviste antes, con esa mirada enigmática que me obliga a hablarte al oído y a morderte fervientemente el cuello.



No hay comentarios:

Publicar un comentario