miércoles, 6 de febrero de 2013

Frío, viento e invierno.

En esa tarde de primavera, de primeros vestidos y mangas cortas tú helabas mi sangre con palabras demasiados hirientes. Todo estaba en ruinas y tajante huías de ello, como ya hiciste antes.

Decidí no pensar, ni si quiera tuve el valor de intentar olvidarte. Te deje ahí, tal avispa silenciosa acechando para picar en cualquier momento. Tú, irónica y a momentos cruel, siempre acabas eligiendo el que mas duele para aparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario